Punto1: Europa se ha rescatado a sí misma, pero aún no sabemos si estamos salvados. Es imposible pensar que la inyección de 100 mil millones de euros no se hace, principalmente, para salvar el proyecto común europeo. Más allá del euro, ¿habrá pronto un proyecto político europeo? ¿Unidad fiscal? ¿Eurobonos? ¿…?
Punto 2: España consigue que sus socios europeos le confíen 100 mil millones para evitar la bancarrota. El problema, entonces, no era tanto la deuda como la solvencia. Rodrigo Rato y su Bankia son el máximo exponente de esa banca que puede llevarse por delante al país: del llamado milagro económico a la quiebra, sólo evitada (por ahora) gracias a la mediación de lo público. La burbuja inmobiliaria era esto.
Punto 3: Es urgente saber si los diferentes Rodrigo Rato, colocados ahí por ya sabemos qué dos partidos políticos, se van a retirar sin más o si los ciudadanos van a forzar que haya un verdadero punto y aparte, un caiga quien caiga con todas sus consecuencias. Lo que parece evidente es que esos dos partidos no están por la labor.
Punto 4: El presidente del Gobierno, principalmente, pero también el principal partido de la oposición siguen haciendo todo lo posible para aparecer señalados como uno de los principales problemas de los españoles. Es complicadísimo, por no decir imposible, encontrar argumentos contra la idea de que «PPSOE es un fraude».